domingo, 1 de abril de 2012

Ya.


Abre el cuaderno abandonado -es ella hoy y la sembradora abrepuertas cosechadora manual de estrellas federales y palabras fugaces- cuando abre el cuaderno abandonado en el ritual perimido de las de su clase -las que callan enormidades para cargar de TNT una palabra- que son de abrir el cuaderno abandonado crecido en un silencio sin mesura como los jardines de casonas de antaño que desbordan el presente y se cuelan por sobre las medianeras que dan a las vías de tren y se adhieren amorosamente a las pintadas que aclaman, proclaman, reclaman y ahí nomasito saben quedarse.
Pues bien. Los jardines, las enredaderas, las viejas casonas y los cuadernos saben expresar una voluntad sin límite.