domingo, 1 de abril de 2012

Ya.


Abre el cuaderno abandonado -es ella hoy y la sembradora abrepuertas cosechadora manual de estrellas federales y palabras fugaces- cuando abre el cuaderno abandonado en el ritual perimido de las de su clase -las que callan enormidades para cargar de TNT una palabra- que son de abrir el cuaderno abandonado crecido en un silencio sin mesura como los jardines de casonas de antaño que desbordan el presente y se cuelan por sobre las medianeras que dan a las vías de tren y se adhieren amorosamente a las pintadas que aclaman, proclaman, reclaman y ahí nomasito saben quedarse.
Pues bien. Los jardines, las enredaderas, las viejas casonas y los cuadernos saben expresar una voluntad sin límite.

viernes, 24 de febrero de 2012

Bovino!


El dolor nos iguala como parte de la especie. Es parte de la vida, su instrumento de enseñanza omnipresente que ningún país de Jauja puede realmente erradicar. El problema es la indiferencia ante el dolor -ante ese parámetro de lo igual que no necesita pasar la aplanadora sobre lo diverso. El problema son las utopías discursivas que buscan negarlo sin aceptarlo y sin tomarlo como un camino de acercamiento al otro diverso.
En todos los estratos sociales, tanto en los recovecos oscuros llenos de telarañas y mugre como en los balcones jardinados frente a un puerto reciclado a la moda, aparece ese depredador que se alimenta de nuestro sacrosanto miedo al dolor, de nuestra cobardía para enfrentar su condición de ineludible y de nuestra abulia para actuar a pesar de saberlo prácticamente inevitable.
Esos depredadores, en su avidez, prometen cuidarnos, se amparan en normas y en estrategias de comunicación, alimentan en nosotros todo lo que nos convierta en simple ganado.
Para escaparle al miedo al dolor, nos amuchamos silentemente. Viajamos como ganado, celebramos como ganado, nos divertimos como ganado, comemos como ganado, cogemos como ganado, votamos como ganado. Así, bovinamente, mansamente, confiados, queriendo no saber, rumiando promesas mal o bien intencionadas pero nacidas todas en esa aspiración a negar la tragedia de la vida, que es justamente lo que la hace heroica y bella.
Pero ella.
Ella.
Ella la vida, ella la madre-muerte.
Ella nos llama en un grito, con el único lenguaje que conoce.
A veces logra conmovernos por dos segundos de catarsis. Y tan luego volvemos a la senda del arriero tras pastos verdes o qué sé yo.
Pero ella es paciente y empecinada. Y con toda su crueldad nos va a arrinconar en un lugar luminoso y oscuro, para que la bestia despierte y reclame el imperio de su tierra con la humildad de los seres que se saben mortales y la grandeza de los mortales que se sobreponen al dolor.

lunes, 9 de enero de 2012

Arqueología del ser VI: el sol desnudo.

Tangencial y enjoyado, roza lateralmente -casi una asíntota- el reino sucio y pegoteado de las mil cosas.
Enamorado de su visión. Enajenado en la seguridad aparente de su distancia, es el sol desnudo.
Como un rey, carece de vestiduras.
Como un rey, se niega a verlo.
Como un Rey, su dominio será real cuando lo gane desnudo.
Un orgullo de miembro erguido: su brazo triunfal.
Otro orgullo, verga parada y fecunda en entrada victoriosa entre las piernas de la tierra.
Pero eso será después, alguna vez después, en alguna de las veces que ya sucedieron y se suceden hasta el no final de estos tiempos míticos engarzados a la vida.
Ahora, tangencial y enjoyado, roza lateralmente -casi una asíntota- el reino sucio y pegoteado de las mil cosas.
Camina entre sus cuatro paredes.
Atraviesa ciudades caminando entre sus cuatro paredes.
Se tropieza con oráculos mientras atraviesa ciudades caminando entre sus cuatro paredes.
Se promete bestias feroces si cruza los umbrales de sus cuatro paredes.
El umbral del norte hacia la transformación del mundo.
El umbral del sur hacia el recuerdo de sus sueños.
El umbral del este hacia la nueva tierra que no espera.
El umbral del oeste hacia el abrazo con su sombra.
Tangencial.
Enjoyado.
Enamorado.
Enceguecido.
Protegido tras espejos.
Escondido en las imágenes que de sí mismo ha tejido en ausencia, el sol crea la línea de la sombra solamente tras el encuentro íntimo con el cuerpo -la necesidad, el tiempo, el peso, la paciencia.
El mundo llano lo espera, como ha esperado el mundo a todo el mundo, ahora y siempre.
Pero detrás de los cortinados de su diorama personal, ruge el llamado hacia la tierra.
Quizá lo siga.
Quizá no.
Quizá deje de cuidarse del reflejo en su mirada para caminar desnudo como el último de los guerreros en pie que lleva la espada presta pero jamás apurada. Y la rectitud de no seguir a su fiera sino de meramente darle compañía para enseñarle las formas en que se vive en los confines.
Y entonces, sí, hará que el mundo renazca, clavado en el reino sucio y pegoteado de las mil cosas que mutan, que están y no están, que desaparecen y permanecen. Y que, por sobre todas las cosas, lo aman entero.

tetris

la botella

lo vacío
de la botella vacía

la espera
en el borde
de la botella que espera
vacía

la náusea
del vacío
de la que espera
botella
en el borde
caída

la espera
vacía
de la botella
en caída
desde el borde
hacia la náusea

palabra palabra
punto punto
stop
stop


miércoles, 4 de enero de 2012

la casa el sol


bajo el sol rajante del verano
hay una casa
detrás del sol
apenas sobre su pena ponedora
junto al sol
está la casa
sin contraluces ni cortinas
a través del sol
en medio del verano
contra el sol
la casa
el verano
la rajadura
la tierra
el llano
en la casa del verano
el sol