Volviendo, uno-dos-tres.
Respiro estirando el cuello fuera del agua de la lógica de la estrategia empresarial.
O del maremoto que se hace su ausencia.
Este aire es bueno:
Navego en mi barquito que es una cascarita de melón.
Bordeo las costas bulognienses, los caminos del barrio, las voces diversas de la cotidianeidá.
La sonoridad ítalo-boliviana-arrabalera que baña estas playas, y su olor a río con matices de quema y pez.
Volviendo a la hiperrealidad de la palabra escrita y la foto -todo demasiadamente cerca/adentro.
Argh! Casi no recuerdo esos ruidos discordiantes, tales como efectividá y cumplimiento de objetivos.
Entonces
Barro con la mano abierta los residuos anónimos de las estaciones de tren
Y con un ojo certero le atino al presente.
un valsecito, un verano, y laburo ... gracias por la variedad
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