jueves, 7 de octubre de 2010

y más

La noche vacía, los tránsitos urbanos por las vías que siempre me traen a casa, las charlas extrañas con taxistas extraños que hablan de sus amores, de sus tantas cogidas, de su éxito imparable en la city y de su tremenda soledad día a día mientras se aproximan vertiginosamente a los 50.
Y más.
Los comportamientos erráticos, el abandono en las calles porteñas cuando solamente quedan los que huyen a casa o los que no la tienen, los colectivos vacíos, los colectivos que ya no pasarán.
Y más.
Los tránsitos conurbanos, el tequila barato, la admiración de los hombres jóvenes, el calor de cuando éramos otros y la música de los que somos ahora, el GPS que dice que nuestros amigos todavía habitan esta tierra, los lugares donde nos reconocen por anécdotas pasadas, la risa de un angel-duende cuando por teléfono le decimos nuestro nombre.
Y más.
El cuerpo que avanza, la furia que no se guarda, el cansancio que no embota, y el cuerpo que sigue mientras por la ventanilla pasan comercios, miserias, saltimbanquis, policías, putitas, ejecutivos en fuga, post-adolescentes fervorosos, mujeres que pactan, histéricos que se pavonean, costureras con cara de cielo y boquita de frutifru...
Y más.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario