sábado, 25 de junio de 2011

Disertaciones de la piba Escalper: la fiesta.

Nos debemos a la fiesta,
al viejo ciclo de celebraciones
de nuestra especie
anterior
a la Organización de Eventos.

No es vanalidad.
No es vacuo
alimentar corazones ardientes
con el ritual vivo
de SER NOSOTROS.

Quizá
amedrentados como estamos
por el 'Manual del buen joder',
dejamos que la alegría se vacíe
en escenas guionadas
repeticiones disciplinadas
del supuesto descontrol.

Puede ser que
tristes de toda tristeza
por el duelo de los sueños lejanos
-entiéndase utopías-,
nos enredemos en lamentos.
Y no sepamos salir de ahí.
Alejando aún más
esos horizontes luminosos.

Ahora bien
en este poema académico
que bien podría usar levita,
se agita el pececito sin una aleta
que aspira a ganar los mares
-léase, Nemo.
Y con él, todas las cuestiones prácticas
y mínimas
e insignificantes del día a día
que
como una mano en puño
enseñan resistencia.

El sueño es lejano e imposible,
SI.
Pero en nuestras fiestas,
el sueño
se hace AHORA.
Y se abre al cambio.
Y vuela.

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